nuestras Raíces

A la raíz de la Fraternidad está la búsqueda de un hombre…

CARLOS DE FOUCAULD

Una búsqueda o tal vez mejor un encuentro,

el encuentro de Jesús y el de los hombres.

Cuando muere el 1º de diciembre de 1916, Carlos de Foucauld está solo. En la pequeña Asociación de laicos que había querido poner en marcha están inscritas solo algunas personas.

Quince años más tarde, varios hombres y mujeres descubren su vida y algunos de los textos escritos por él. Nacerán entonces diferentes comunidades, otras seguirán surgiendo hasta nuestros días. La “Familia espiritual” de Carlos de Foucauld es hoy una familia numerosa.

Los comienzos de la Fraternidad

El 8 de septiembre de 1933 en Montmartre (París), cinco jóvenes reciben el hábito de los Hermanos de Jesús y parten hacia Argelia. Es el principio de nuestra Fraternidad.

El objetivo: seguir el camino de Carlos de Foucauld. Reviviendo su itinerario, los primeros hermanos descubren poco a poco que las realidades de la vida ordinaria pueden ser el lugar en el que se vive un auténtico encuentro del Padre en el encuentro con los hombres, vida contemplativa en medio del mundo, “en el corazón de las masas” (según el título de la colección de textos escritos por René Voillaume, el primer Prior). Hará falta un tiempo para que esta intuición madure.

Sencillez y trabajo

En 1947 comienza la primera fraternidad obrera: trabajo a tiempo completo, vivienda sencilla, pequeñas fraternidades de algunos hermanos.

La llegada de numerosos hermanos jóvenes permitirá rápidamente hacer presente la Fraternidad en países y grupos humanos muy diversos. En Europa, por ejemplo, encontraremos hermanos obreros en la industria, artesanos, agricultores, albañiles, marinos, camioneros, enfermeros, etc…

En la elección de los países o de los ambientes de vida, la pasión que guía a los hermanos es: hacerse cercano de los que están lejos, lejos de los campos de presencia habituales en la misión de la Iglesia.