Después del asesinato del P. Hamel, el encuentro coincidió con las preguntas que había despertado en cada uno de nosotros.
Una vez más (este tipo de encuentro se realiza cada tres años) una treintena de hermanos se reunieron durante una semana en Issy-les-Moulineaux, en las cercanías de París. Es un tipo de encuentro muy apreciado por su ‘gratuidad’: participa el que quiere, no hay delegaciones, no hay un documento a redactar, ni elección a realizar… solamente la alegría de encontrarse en torno a un tema de actualidad. Después de haber reflexionado sobre las estructuras de Europa y sobre su economía, este año hemos tratado sobre el Islam y su presencia en Europa. Es una hermosa expresión de nuestro deseo de vivir como hermanos. Así de sencillo.
-de Jean-Pierre
Este encuentro, el tercero en Issy-lesmoulineaux tuvo lugar durante la primera semana de agosto. Fue un encuentro de una treintena de hermanos (hermanos de Jesús y del Evangelio) procedentes de diversos países de Europa para encontrarnos y para hablar sobre un tema previamente propuesto. Este año se trataba del “Islam y Europa” y esto a pocos días del asesinato del Padre Jacques Hamel en Francia coincidiendo, sorprendentemente, con las preguntas que este hecho había despertado en cada uno de nosotros.
El método fue sencillo: videos cuidadosamente seleccionados por los organizadores y que fueron proyectados sucesivamente para dar luz a un aspecto concreto del tema. A continuación los participantes nos reuníamos en pequeños grupos en los que podíamos expresar, cuestionar y compartir las experiencias que vivíamos allí donde cada uno reside. Fue impresionante observar las implicaciones y las diferencias de posicionamientos según se encuentre uno en Polonia, en Italia o en Francia; según se viva en un barrio o en el campo.
Lorenzo, Theo, Wojtek y Wolfgang –nuestro equipo organizador- nos propusieron tres etapas. La primera situaba al Islam en su historia y contexto: del nacimiento del profeta a su proceso de desarrollo, dando lugar a las diferentes corrientes que conocemos, la mayoría de las cuales permanecen aún en nuestros días; su implantación geopolítica resultante de su distribución y las influencias actuales en algunos países. Una segunda parte también muy interesante, sobre el crecimiento del salafismo, tendencia que reivindica un retorno al islam de los orígenes, el más “puro” según ellos, sus fundamentos, sus organizaciones y las consecuencias que podemos percibir en Europa y en el mundo.
Por último, como en paralelo pero muy útil, vimos por qué y cómo el populismo y la extrema derecha ganan terreno en todas partes, utilizando el miedo y la división.
De todo esto, cada uno conocía algo, pero una de las aportaciones de este encuentro residió en el descubrimiento de lo que pasa en casa de nuestros propios vecinos; cómo las personas y sobre todo los hermanos –muy cercanos- viven y se plantean estos temas con enfoques tan diferentes. Unas proyecciones “transversales” también nos permitieron descubrir, por ejemplo, cómo un equipo de investigadores “mixtos” (occidentales y musulmanes…) trabajaban juntos para comprender mejor e interpretar el Corán; cómo actores políticos se comprometen en cuerpo y alma, allí donde fueron mandados para que el “vivir conjuntamente” sea una prioridad.
Como impresión general, lo que me queda, por un lado es el sentimiento de una situación muy compleja en la que se van construyendo muros, piedra a piedra, para enfrentarse mejor y obtener provecho. ¿Dónde nos llevará todo esto? Mucha gente se siente superada y se pregunta ¿cuál es la capacidad política de Europa para responder con un proyecto fuerte, en el que se podrían federar los pueblos que la componen y particularmente los jóvenes? Por otra parte, urge el no caer en el catastrofismo. Concretamente, cada uno en nuestro entorno, es importante que estemos atentos, movilizados para observar y participar en todo aquello que se construya a favor de la comprensión y del diálogo, a favor de la acogida y de la fraternidad. No son palabras vacías, sino un verdadero compromiso que debe estar presente en cada instante.
Evidentemente este tipo de encuentros requiere un gran trabajo de preparación. ¡Gracias al equipo! Además del programa, lo que explica ‘el secreto del éxito’, es la libertad que se respira en los trabajos: ni resumen, ni puesta en común que escribir, ni textos interminables que leer y un auténtico paso al tema gracias a la ayuda audiovisual. Dos tardes libres nos permitieron tener tiempo, para encuentros informales, para correr (¡pocos candidatos!), para visitar París o ir a visitar a un hermano del sector. Una tarde, Antoine Mourges, joven profesor de historia, vino a hablarnos de la tesis que prepara sobre la historia de la Fraternidad. Tener una relectura de nuestros orígenes a través de una mirada totalmente externa es una riqueza, pero este trabajo que no permite pasar por alto ninguna pista, ni ninguna fuente, es largo y pesado. El enfoque y la curiosidad de Antoine sedujeron
a los hermanos presentes, que ya esperan la obra terminada.
Tendremos que tener paciencia para saber más de ello, ya que no es fácil para él encontrar tiempo entre su tarea de profesor en el instituto, su vida personal y su investigación.
Nueva cita en Issy (o en otro lugar) para una cuarta edición… dentro de algunos años. No nos faltarán temas, pero de aquí a entonces, en Europa ¿se habrá encontrado un verdadero camino de unión?