Encontrar, allí donde se esté, el don de Dios ofrecido a los hombres, El misterio escondido de Nazaret
Esta es la última carta escrita por Daniel a todos los hermanos. Que ella nos ayude a unirnos a él, a su familia, a sus intenciones… puesto que el pasado 22 de marzo Daniel tuvo un grave accidente de circulación y murió en el acto. Creemos firmemente que el Señor resucitado lo ha acogido junto a Él. Daniel tenía 47 años.
de Daniel
Saludos a todos los hermanos, desde el noviciado de Carlos, Rodrigo y Carlo en Zapiola, Buenos Aires (Argentina).
Ya terminan su noviciado en Zapiola los tres hermanos: Carlos de Paraguay, Rodrigo de Argentina y Carlo de Italia. Fue para todos una buena experiencia de crecimiento personal y comunitario. El domingo 29 de Julio a las 12 harán sus votos Rodrigo y Carlos, y después de estar dos años en Zapiola, irá cada uno a su nueva fraternidad a seguir buscando en la vida cotidiana el rostro de Jesús en Nazaret. Carlos irá a Paraguay con Juancito y Javier, y Rodrigo con nosotros a Uribelarrea. Carlos también vuelve a su tierra con los hermanos de la región del Adriático. La experiencia de compartir los tres este año ha sido muy buena, han buscado cada día crecer mutuamente, enriqueciéndose uno con el otro en la oración, el trabajo y la vida fraterna. Cada uno ha tenido su trabajo personal, su propio crecimiento y un proyecto de vida que iban realizando para el presente y el futuro de su inserción en la Fraternidad. Ha sido un don y una tarea, al descubrir y construir entre todos y cada uno. El camino personal y comunitario que nos hace hermanos, y todo ello se ha hecho en el normal desarrollo de la vida cotidiana.
El ritmo de la vida en el noviciado estuvo marcado por el trabajo en la huerta y la venta de verduras a los vecinos de Zapiola. Estoy totalmente convencido que ese trabajo comunitario en contacto con la tierra y con la gente ha sido el lugar privilegiado que supimos construirnos para este tiempo de formación en la Fraternidad. La vida seguirá dándole a cada uno de ellos otros lugares propicios dónde hallar el don de Dios dado a los hombres, el misterio oculto de Nazaret, el Reino de los Cielos, dónde el Espíritu Santo hace nuevas todas las cosas y nos conduce a todos hacia el Padre de Jesús, nuestro Padre.
Yo pasé muy bien todo este tiempo, sin alejarme de mi lugar, junto a mis hermanos de fraternidad, con ellos: Pablo, Domingo y Guillermo, hemos acompañado a los novicios. Ha sido un compartir en fraternidad y no un trabajo en solitario. Otros hermanos han venido a compartir su experiencia de vida religiosa con ellos, a todos los que pasaron por el noviciado les agradecemos su visita, cada uno hizo su propia aportación en la formación.
La experiencia afortunadamente ha sido positiva para unos y para otros, todos crecemos en este tiempo fuerte de gracia. El noviciado es como una fuente en nuestra vida religiosa, el manantial al que volvemos siempre.
Os saludo a todos muy fraternalmente, desde Zapiola con mis hermanos de Uribelarrea, y los novicios Carlo, Rodrigo y Carlos.
“Hubiera podido…”
No podremos comprender nunca el significado profundo de esta frase.
Puesto que a cada instante de nuestra vida hay cosas que hubieran podido pasar pero que finalmente no pasaron.
Hay instantes mágicos que pasan sin que nos demos cuenta, y de repente, la mano del destino cambia nuestro universo.
Paulo Coelho