Una página se cierra, otra se abre

Normalmente los hermanos se preparan para los votos perpetuos con un retiro en soledad (40 días). Como no lo pudo hacer en ese momento, el hermano Flaubert del Camerún, lo ha querido hacer en Egipto justo antes de pasar a una vida de trabajo en una fraternidad.

Antes de dejar este lugar santo, me gustaría aprovechar esta tranquilidad para deciros algo de esta página que se cierra. Me encuentro aquí en pleno desierto de Scété, situado al oeste del lado occidental del Delta del Nilo donde aún permanecen hoy día algunos monasterios ortodoxos que datan del siglo IV. Yopude hacer dos semanas en uno de esos monasterios gracias al primo de Girgis que es monje allí. De hecho, me ha alegrado mucho la acogida, la tranquilidad y estoy contento también por hacer descubrimientos extraordinarios en estos monasterios. Ahora voy a continuar mi retiro en un convento de los Dominicos en el Cairo. 

A pesar de todos los esfuerzos que Antoine hizo para conseguir que yo tuviese un visado para Argelia, el Señor no lo quiso. Él me orientó hacia este lugar que es también tan rico en espiritualidad. Es una pena que yo no haya podido palpar lo que siempre leí y aprendí sobre el Hermano Carlos. En todo caso, estoy muy contento de estar aquí donde los Padres del desierto sembraron la simiente de la vida religiosa en la Iglesia. Palpo con mis dedos la historia de la espiritualidad y además la misma
historia de la salvación y de la Iglesia…

Monasterio de S. Antonio en Egipto

Justo después de mis estudios en Yaoundé, quise hacer un curso de albañilería para reforzar lo que yo ya conocía de ese oficio antes de instalarme en una fraternidad normal. Esta formación clausuraba los años de formación recibidos desde el postulantado. De hecho no me vanaglorio de haber terminado mi formación en la Fraternidad, sino que al contrario, todos sabemos que la vida religiosa, incluso simplemente la vida cristiana debe ser una formación permanente, es decir estar en la escuela de Jesús.
Mi reflexión durante este tiempo de retiro estuvo centrada en la conciliación de estas dos palabras del Apóstol Pablo: “Orad
constantemente”
(1Tes 5,17) y “Trabajando noche y día” (2 Tes 3,8). Este tiempo de desierto es ciertamente un tiempo de oración, de reflexión profunda y de compromiso decisivo para una nueva vida en la Fraternidad que pronto debo abrazar. Después de este tiempo de transición, iré a reunirme con Isidore y nuestro joven hermano Chrisantus en la fraternidad de Bamenda. Tengo fe en que encontraré pronto trabajo porque el Camerún está actualmente en plena construcción. La diócesis de Bamenda prevé construir su Universidad Católica en el transcurso de este año. ¿No es esa también una posibilidad de encontrar trabajo?
Soy muy consciente de que después de haber hecho mis votos perpetuos hace dos años aún no he vivido en Fraternidad a causa de mi formación profesional. Así pues estoy muy contento de volver a la casa y sobre todo en una comunidad normal de tres hermanos donde podré expresarme mejor y sentir la vida en común. Que el Señor pueda ayudarme a aprender a conciliar el ideal con su realización en mi vida.

Flaubert, a la derecha, durante su tiempo de estudios en Yaundé

Permitidme antes de dejaros, manifestar un gran agradecimiento a los hermanos de Egipto. Ellos hicieron todo lo posible para que este tiempo de desierto pudiese ser efectivo y benéfico para mí. Cada hermano personalmente usó su tiempo y su energía para que yo pudiese rezar en paz y con alegría y así ocurrió. Estoy muy agradecido. “El amor de Dios consiste en preocuparse los unos por los otros”, dice Pacomio y se aplica en reunir hermanos para realizar esta comunidad perfecta de la cual se habla en los Hechos de los Apóstoles: “Tenían solamente un corazón y un alma”.

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