¿Y si el coronavirus fuera buena noticia?

Hervé, nuestro Prior, nos comparte una reflexión muy actual de un hermano que lleva largos años compartiendo la vida de la población siria en Damasco.

En este momento estamos viviendo una situación realmente excepcional a nivel mundial y tenemos que ir asumiendo todas las dificultades que conlleva esta crisis sanitaria, con sus consecuencias dramáticas para mucha gente: muertos, marginados, crisis financiera y económica que no ha hecho más que comenzar… Todo esto hace reflexionar y a pesar de todo, tiene su lado positivo, provocando una reflexión sobre el sentido de lo que estamos viviendo… Sin más comentarios, os comparto lo que ha escrito Jacques Picard desde Damasco:

 “Y ¿si el coronavirus fuera buena noticia?

Viendo las noticias, se tiene la impresión de que el mundo se para: escuelas y universidades cerradas, aeropuertos que van cerrando unos tras otros, fronteras que también se cierran, restaurantes, bares, cines, toda la vida pública parece paralizarse. Parece que cada uno encerrado en su domicilio, está llamado a permanecer “confinado” en su casa, te guste o no. Fenómeno inédito, hay que retroceder lejos en la historia… Además, todos estamos en la misma situación o casi la misma, ricos y pobres, incertidumbre del mañana. Y ¿hasta cuándo?

Los hebreos antiguamente practicaban un año sabático, dejando en barbecho sus tierras durante un año, con el fin de evitar agotarlas, para dejarlas reposar. Quizás es una buena lección, mientras que consumimos nuestras riquezas con inconsciencia y que no cesamos de correr tras las quimeras… Entonces, si la vida se para, si no hay aviones, ni trenes, menos coches contaminando la atmósfera, la tierra finalmente puede respirar, pero sus inquilinos ¿están de acuerdo?

Ojalá fuera un tiempo para meditar sobre nuestra fragilidad, la de nuestra tierra, la de nuestra civilización frente a aquellos que esperan al superhombre que desafía la naturaleza, y quisieran convertirlo en inmortal. La crisis del coronavirus puede hacer reflexionar. Benditos los pobres decía Jesús y todavía hoy nos lo sigue diciendo.

Los gobiernos, ante el disparatado número de personas afectadas por el virus y las muertes, toman medidas estrictas para frenar la epidemia. ¿Tendrán la misma autoridad en tomar medidas de austeridad drásticas para proteger su población frente a los peligros de recalentamiento terrestre que amenazan nuestra “casa común”?

La vida se para… es una ocasión para reflexionar sobre el futuro de nuestro planeta, los riesgos de asfixia colectiva se van acercando peligrosamente. ¡Párate y mira! ¿Cómo detener esta carrera para siempre? El coronavirus finalmente nos frena. El hombre se encuentra confrontado con la naturaleza, ¿puede iniciar un diálogo con ella? Las palabras de Jesús: “De nada sirve ganar el universo si pierdes tu vida” ¿significan algo todavía?

Evidentemente que pensamos en las víctimas, en los enfermos, en aquellos cuya vida está amenazada, en los muertos, en sus familias. Podemos temer lo peor para los refugiados que viven en las tiendas, en los campos, en una promiscuidad que los hace vulnerables”.

Muchas cuestiones que no deberíamos olvidar cuando la crisis termine…

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